Su preocupación por el hombre, abordado en forma integral —cuerpo, psique, mente y espíritu—, lo hace incursionar en un sistema conformado por una cosmovisión que, desde una perspectiva filosófico-teológica, se articula con una praxis con rigurosa base científica a la cual él llama Dinámica mental.

Su voluntad de promover la restauración de la unidad entre todos los hombres y el respeto por la diversidad de cultos lo llevan a ser presidente de la Casa Argentina en Israel.
En 1999 publica su obra en dos tomos Por esta vida. En este libro se lee una finalidad muy precisa: acceder a la interioridad a niveles profundos de conciencia para ampliar el campo de esa conciencia y traer desde la hondura soluciones a conflictos internos que impiden enfrentar con valentía y decisión los problemas de la vida.

En el año 2002, en sus sesenta años de sacerdocio, inauguró el Centro Integral de Servicios para la Persona Humana Irenaika Ville, un predio en donde todas las personas, sin distinción de ideologías religiosas, pueden disfrutar de un lugar de sosiego, paz y restablecimiento de la integración perdida.
En 2005 publica Ejercitación mental: reflexión y meditación; este libro presenta cursos y vivencias de dinámica mental que el autor fue recogiendo entre las miles de personas con las que compartió esta experiencia durante treinta años.